Esta cuestión que planteo es ya conocida por todos vosotros, pero por si a alguien le viene bien esta experiencia, he querido comentarla.
Sabemos que la insulina hay que guardarla refrigerada, salvo el «boli» que estamos utilizando, y según las instrucciones esta insulina que usamos a diario suele tener una validez fuera del frigo de veintitantos días.
Pues bien, hace unos días comienzo a tener unos niveles totalmente fuera de control, sin haber variado mis hábitos de comidas y de ejercicio.
Por supuesto me preocupo y no consigo entender a que se debe, hasta que al final hago una reflexión, sobre el estado de la insulina. Resido en una ciudad en la que ahora en verano es normal que en casa se superen los 20º durante día y noche.
La pluma de insulina estaba ya al final, es decir, que tenía unos 15 o 20 días a temperatura ambiente.
Decidí desechar lo poco que quedaba y pincharme con otra pluma del frigorífico.
Los niveles han retornado a los habituales en mí, y por tanto, es claro, la insulina se había estropeado.
Desde entonces, guardo también la pluma de uso en el frigorífico.
Según nos aconsejan, el hecho de tenerla fuera es solamente porque la insulina fría puede doler un poco al inyectarla. Pues sinceramente no noto diferencia, así que visto lo visto, durante el verano, insulina siempre en el frigorífico.
Un saludo y felices vacaciones a todos.
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Este post se basa en el tema «Insulina y calor« publicado en Diabetes Foro.
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