En México, 13 por ciento de los pacientes con diabetes utiliza la insulina como método de control de glucosa en sangre. Sin embargo, administrarla en menor o mayor cantidad a la requerida implica riesgo de que el paciente sufra incremento glucosa en sangre (hiperglucemia) o baja (hipoglucemia), lo que tiene repercusiones a diversos niveles en el organismo.
Al subir la glucosa crece la posibilidad de un infarto al corazón, y por el contrario, si el azúcar baja es factor de riesgo de demencia, de ahí la importancia de administrar la insulina y su dosis exacta para el paciente. Así lo indica Valentín Sánchez Pedraza, jefe interino del Servicio de Endocrinología del Hospital General de México.
De acuerdo con el experto, más de la mitad de los pacientes se preocupa por el riesgo de hipoglucemia y uno de cada cuatro presenta este problema al menos una vez al mes. Por la misma causa, hasta 20 por ciento de los aludidos falta, llega tarde o se va temprano de la escuela o el trabajo, condición que puede prolongarse de dos a tres días.
En los casos leves de hipoglucemia, el afectado presenta sudoración, taquicardia, irritabilidad, hambre o angustia, síntomas que pueden mejorar tomando un jugo natural. Pero si la complicación se presenta mientras el paciente duerme, no se percata y puede sufrir crisis convulsivas y llegar, incluso, al infarto al miocardio cuando el problema es recurrente.
?De las hipoglucemias, aproximadamente 50 por ciento son nocturnas y en ellas hay cambios electrocardiográficos, como arritmias y en algunos casos el ritmo cardiaco se produce muy lento (bradicardia), lo cual aumenta el riesgo de muerte súbita.
?Además, se estima que, en promedio, los pacientes con diabetes tipo 2 insulinizados presentan 23 episodios de hipoglucemia leve al año. No obstante, la mitad de ellos no informan a su médico sobre ello?, advierte, el endocrinólogo.
Si bien la comunidad científica internacional señala que la insulina es el tratamiento más adecuado para la diabetes, ¿cuál es la que corresponde a cada paciente?
El doctor Sánchez Pedraza aclara que existen diversos tipos, entre ellas las basales cuyo objetivo es mantener la glucosa bajo control en ayuno, tal como lo hacen las llamadas las insulinas humanas y las análogas de las mismas. También existen las insulinas prandiales que cumplen con la meta de que la glucosa no se eleve después de comer, de las cuales existes la del tipo rápido, las de efecto prolongado, sus análogas. Además existen las que combinan ambos tipos, basal y prandial.
?Determinar cuál es la indicada para el paciente dependerá de sus características, por ejemplo, de su edad, si presenta daño renal, si tiene quién se la administre o usa un dispositivo para ello, el estilo de vida e incluso el aspecto económico, entre otros factores.
?Para los médicos es un tema complejo, e incluso 76 por ciento reconoce que podría recomendar la insulina a más pacientes si no hubiera el riesgo de hipoglucemia, es decir, que el indicador de azúcar se ubique por debajo de 70 miligramos por decilitro (mg/dl) de sangre. Lo ideal es que en un rango inferior sea de entre 70 y 99 mg/dl?, subraya, el endocrinólogo del Hospital General de México.
Finalmente, el especialista conmina al paciente con diabetes a crear un vínculo de comunicación con su médico tratante sobre los efectos de las insulinas prescritas e, incluso, los descuidos en la administración y sus formas de hacerlo, pues de ello dependerá logar los resultados en los controles de glucosa.
Este post se basa en el tema «Cuál es el riesgo de suministrar tipo y dosis incorrectas de insulina en el paciente diabético« publicado en Diabetes Foro.
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