Los diferentes tipos de ácidos grasos poliinsaturados circulantes (PUFA) se asocian a un riesgo distinto de desarrollar diabetes tipo 2, según un estudio europeo liderado por Nita Forouhi, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), que se publica en PLoS Medicine.
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La mayoría de las guías de nutrición recomiendan el consumo de ácidos grasos poliinsaturados como parte de una dieta cardiosaludable, pero no está claro qué ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6 resultan más adecuados para prevenir la diabetes tipo 2. En concreto, existe una cierta controversia sobre los efectos del ácido linoleico, el ácido graso omega-6 más abundante.
Los investigadores midieron los PUFA circulantes en muestras de sangre de individuos de ocho países europeos, entre ellos España, que forman parte del estudio EPIC-Interact, dedicado a la incidencia de la diabetes tipo 2. Compararon los niveles basales de 11 PUFA diferentes (4 omega-3 de cadena larga y 7 omega-6) en más de 12.000 individuos que desarrollaron diabetes tipo 2 durante el periodo de seguimiento de 10 años y otros casi 16.000 controles procedentes de la población completa del estudio EPIC.
ÁCIDO LINOLEICO
Tras tener en cuenta y ajustar diversos factores que pueden influir en el riesgo de diabetes tipo 2 -sexo, edad, índice de masa corporal, actividad física, estatus socieconómico, tabaquismo, alcohol y enfermedades preexistentes-, los responsables del trabajo constataron que los niveles más altos de ácido linoleico estaban asociados con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. En cambio, las concentraciones más altas de otros cuatro omega-6 menos importantes se relacionaban con un riesgo superior de diabetes tipo 2, mientras que los omega-3 no presentaban ningún vínculo con la diabetes y el ácido alfa linoleico se asociaba con una probabilidad menor de padecer la patología.
Los autores advierten de las limitaciones de su investigación, como la imposibilidad de distinguir las influencias dietéticas y metabólicas sobre los PUFA circulantes en sangre, el posible papel residual de varios factores y el carácter observacional de esta investigación.
Asimismo, aclaran que de su trabajo no se desprende ninguna asociación adversa entre los principales PUFA omega-6 y el desarrollo de diabetes tipo 2. La principal conclusión que extraen es que el análisis de cada clase de PUFA por separado puede aportar más datos que el estudio de los ácidos grasos poliinsaturados en su conjunto.
Este post se basa en el tema «Cada ácido graso poliinsaturado jugaría un papel diferente en la prevención de la diabetes« publicado en Diabetes Foro.
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